La crónica es un animal
De la novela extrae la condición subjetiva, la capacidad de
narrar desde el mundo de los personajes y crear una ilusión de vida para situar
al lector en el centro de los hechos; del reportaje, los datos inmodificables;
del cuento, el sentido dramático en espacio corto y la sugerencia de que la
realidad ocurre para contar un relato deliberado, con un final que lo
justifica; de la entrevista, los diálogos; y del teatro moderno, la forma de
montarlos; del teatro grecolatino, la polifonía de testigos, los parlamentos
entendidos como debate: la “voz de proscenio”, como la llama Wolfe, versión
narrativa de la opinión pública cuyo antecedente fue el coro griego; del
ensayo, la posibilidad de argumentar y conectar saberes dispersos; de la
autobiografía, el tono memorioso y la reelaboración en primera persona. El
catálogo de influencias puede extenderse y precisarse hasta competir con el
infinito. Usado en exceso, cualquiera de esos recursos resulta letal. La crónica es un animal
cuyo equilibrio biológico depende de no ser como los siete animales distintos
que podría ser.
De La crónica, ornitorrinco de la prosa
Más ideas:
Charla entre Ricardo Piglia y Juan Villoro (2008)
La conciencia narrativa, conferencia de Villoro en el Malba (2018)
Juan Villoro (México, 1956) es escritor y periodista. En 2004 ganó el Premio Herralde por su novela El testigo. Colabora en la revista Letras Libres y en los diarios Reforma, La Jornada y El País, entre otros.